Sonó el timbre. No esperaba a nadie y estaba sin arreglar pero pensó que probablemente fuera alguna vecina. Al abrir, se quedó un poco desconcertada. Un apuesto joven, bien vestido y con corbata roja la miraba sonriente.
-Hola, Quisiera hablar con Alicia Campos – enunció con aire de discurso aprendido.
- Si, soy yo - contestó ella .
- Traigo el encargo de entregarle un beso...
Los ojos de ella se abrieron de par en par, se quedó muda y poco después comenzó a reir, una risa que siempre le salía sin querer en situaciones que no controlaba. Era él ahora el que la miraba descolocado.
- Perdona, no me rio de ti es que…bueno, ya te podrás imaginar...
- Entiendo que le extrañe, pero esto va en serio. Soy mensajero del amor, y he de besarla por encargo de alguien.
La risa fue finalmente controlada y empezó a ser consciente de lo que estaba pasando. Aquel chico realmente venía a entregarle un beso.
- Mira, esto ha debido ser un error, no esperarás que yo me acabe besando con el primero que llama a mi puerta, lo entiendes, ¿no?- le dijo haciendo un amago de cerrar.
- Solo es un beso y mi trabajo es entregarlo.
-Ya, pero tendrás que entenderme - soltó un suspiro de desconcierto mientras pensaba como resolver aquello.
- Vamos a hacer una cosa, ¿como te llamas?
- Angel, - acertó a decir él.
- A ver Angel, lo vamos a hacer así. Yo le digo a quien sea o te firmo donde quieras que me has besado aunque no lo vas a hacer. Así tu puedes cobrar tu servicio ¿te parece bien?
- Lo siento pero eso no puedo hacer, he de cumplir bien con mi trabajo.
Volvió a fijarse en él. Tenía buena planta, y no debía besar mal a fin de cuentas, pensó.
- Está bien. – alcanzó a decir mirándole a los ojos. – Puedes besarme.
El se le acercó lentamente y tomándole la barbilla suavemente le regaló un beso cálido, tierno y profundo. Cuando terminó, ella seguía con los ojos cerrados, alargando el sabor del instante.
-¿Te ha gustado? – Dijo él con voz suave. - ahora querrás saber quien te lo envía.
Hubo un silencio en el que los dos se quedaron mirándose.
- Sabes una cosa?, que no quiero saberlo, me gustó y ya está. Te lo digo en serio.
- El remitente está en este sobre - y se lo ofreció alargando la mano
Se despidió de él, entró en la casa, se sentó en el sofá, y tras esperar unos segundos abrió aquel sobre, dentro, escrito a mano, había un número de teléfono y debajo un nombre.
- Lo pronunció en voz alta esbozando una sonrisa - Angel.
Se despidió de él, entró en la casa, se sentó en el sofá, y tras esperar unos segundos abrió aquel sobre, dentro, escrito a mano, había un número de teléfono y debajo un nombre.
- Lo pronunció en voz alta esbozando una sonrisa - Angel.
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